martes, 5 de agosto de 2008

Mi Nacimiento

Hace unos meses mi Amo me regaló un collar que había encargado para mí. Tenía una chapa de plata en la que había grabado mi nombre de perra: cora.

Ese gesto me hizo sentir muy feliz, una manera preciosa de decirme que me ama y que confía en mí.

Es una correíta fina de cuero negro, que puedo llevar por la calle sin llamar la atención. Aunque no siempre lo llevo, sólo cuando él quiere. A mí me gustaría llevarlo siempre, incluso en el trabajo, pero él prefiere que no y ya está.


De todas formas, el collar no ha hecho de mí una perra perfecta y entregada sin barreras a Él. Los dos somos pareja en el "mundo real" y vivimos juntos. Esto hace complicado la convivencia bdsm que a los dos nos gustaría. Quien lo ha vivido, sabe de lo que hablo. No hemos aprendido aún a combinar las dos facetas de nuestra relación y la mayor parte del tiempo nos comportamos como pareja vainilla (esa palabra me hace mucha gracia jajjaa).

Ha sido iniciativa mía el empezar esto hoy y ahora, pero como le conozco bien, sé que le va a agradar bastante la idea. Incluso le voy a proponer que Él mismo incluya sus propias aportaciones, a ver si se anima.
Los dos tenemos mucho camino que recorrer y mucho muchísimo que aprender el uno del otro. Por mi parte, mi mayor deseo es convertirme en un espíritu moldeado a su medida y necesidades, sentir su presencia cada momento a mi lado, su dulce control sobre mí, ser valiente y capaz de satisfacer todos sus deseos con una sonrisa en la cara y el alma engrandecida.

Absolutamente todos. Y eso es lo difícil.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola cora!

Me ha encantado descubrir tu Blog y ver que también es posible tener una relación BDSM en la vida real.

Me gustaría escribirte a tu correo, si no te importa, y compartir experiencias.

Un saludo para los dos. :)